domingo, 14 de enero de 2018

Miguel Hernández: «Las abarcas desiertas».

¡Hola a todos!

En esta entrada, y aprovechando todavía lo cerca que aún están las Navidades, quiero retomar una serie de entradas que ya habéis ido viendo en el blog, en la que os hablo brevemente de un autor o autora y os dejo un pequeño relato suyo con un mínimo comentario sobre el mismo.


Y hoy, como veis por el título, voy a presentar a un poeta, algo que por lo usual no suelo hacer: Miguel Hernández (1910-1942), un famoso dramaturgo y poeta de gran relevancia en la literatura española del siglo XX cuya obra, en sus inicios vanguardista y finalmente comprometida, se categoriza dentro de la Generación del 36, aunque muchos escritores le consideran como el epígono de la Generación del 27. La trayectoria de este poeta pastor, como se le conocía, estuvo marcada por la llegada de la Guerra Civil española: en ese momento la situación política exigía compromiso, y Hernández, alistándose en el Quinto Regimiento para defender Madrid del ataque de los sublevados, dedicó su vida y su arte a la causa republicana.

En el poema que aquí os dejo, conmovedor y cercano, llamado «Las abarcas desiertas» y publicado por primera vez en el diario Ayuda en 1937 (contando ya un año la guerra en España), muestra otra cara de la Navidad. En él, haciendo uso de toda su fuerza expresiva, Hernández, que en esas fechas estaba junto con más personas recogiendo donativos para que todos los niños afectados por la guerra tuvieran un juguete, recuerda su propia infancia y el ambiente de pobreza de la España rural. Usa un acontecimiento feliz, la llegada de los Reyes Magos (en otros países, Papá Noel o Santa Claus), para esbozar una queja contra los distintos estamentos de poder y reivindicar la triste miseria en la que gran cantidad de la gente vivía.

LAS ABARCAS DESIERTAS
Miguel Hernández
Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.

Y encontraban los días,
que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.

Nunca tuve zapatos,
ni trajes, ni palabras:
siempre tuve regatos,
siempre penas y cabras.

Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el río,
y del pie a la cabeza
pasto fui del rocío.

Por el cinco de enero,
para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero
una juguetería.

Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas.

Ningún rey coronado
tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.

Toda gente de trono,
toda gente de botas
se rio con encono
de mis abarcas rotas.

Rabié de llanto, hasta
cubrir de sal mi piel,
por un mundo de pasta
y unos hombres de miel.

Por el cinco de enero,
de la majada mía,
mi calzado cabrero
a la escarcha salía.

Y hacia el seis, mis miradas
hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas.
¿Qué os ha parecido? Quiero con esta entrada, además, incitar a una reflexión: lo afortunados que somos los que podemos disponer de algún regalo en estas fechas, los que podemos trabajar o estudiar, los que tenemos un techo sobre nuestras cabezas y el cariño de nuestros familiares. ¿Alguno de vosotros había leído alguna vez a Miguel Hernández?

Agradecimientos especiales a mi madrina, quien me enseñó este poema.

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18 comentarios:

  1. ¡Hola! ¡Qué bien, que compartas poesía! Nunca he leído a Hernández (todavía, y más allá de este poema y algún que otro más), pero me hace muchísima ilusión siempre ver que alguien comparte poemas. Es muy necesario.
    Totalmente de acuerdo con tu reflexión. :)

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  2. ¡Hola!
    Qué hermoso poema 🧡
    No lo conocía, pero sí que deja mucha reflexión. En esta época donde los regalos son como pan a la mesa, siempre habrán individuos que no recibirán nada por la pobreza.

    ¡Saludos!

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  3. Hola! Casi nunca he leído poesía, no porque no me guste sino porque reconozco que no llego a entender lo que nos quieren decir los autores de los poemas y me pierdo muchas cosas, con lo evidentemente no disfruto de lo que estoy leyendo. Por eso envidio a los que si la leen, eso sí, envidia sana, jejeje. Lo poco que he leído ha sido cuando iba al instituto y sinceramente no recuero si llegamos a lee a Hernández, ya hace demasiado tiempo, jejeje. Este que nos compartes si que lo he leído, junto a tu explicación, y estoy contigo, hemos sido y somos muy afortunados, aunque alguna que otra vez nos quejemos.
    Besos!

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  4. ¡Holaaaaaaaa! Una genial entrada, original y diferente :) Nosotros si que hemos leído poesía de Miguel Hernández, aunque por otra parte no somos unos grandes fanáticos de la poesía. Aún así una genial entrada. Por cierto te seguimos desde ya y te esperamos en nuestro blog.
    ¡Besos!
    Alberto y Tania - Crónicas de un búho.

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  5. ¡Ohhh qué entrada más interesante Camino! Yo no recuerdo haber leído nada de este autor, pero me ha encantado la poesía que has seleccionado. Qué triste...aunque es un relato cercano,que reconozco pues mis abuelos pasaron lo mismo. Y si recibían algo era una tableta de chocolate que solían racionar durante todo el año.

    Efectivamente somos muy afortunados...

    Besitos

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  6. ¡Hola! Soy miembro de la iniciativa Granitos de arena, me encanta lo que veo así que te sigo.
    Un gran besazo desde Ratones de Marte

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  7. Hola.
    No soy de poesía pero la verdad sea dicha que el poema es maravilloso. Es verdad que somos muy afortunados y todavía hay de los que se quejan de no recibir lo que quieren por navidad, pero hay que pensar en nuestros abuelos e incluso padres como es mi caso que vivieron esta época tan horrible para nosotros.
    Muchos besos.

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  8. ¡Hola hola!
    Me parece un poema muy bonito, y eso que yo no soy de coger libros de poesía y ponerme a leerlos la verdad. Pero este tipo de poesía me encanta y no como la moderna de ahora que esa sí que no la entiendo para nada jajaja
    Un besito <3

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  9. ¡Hola!
    Miguel Hernández me gustó mucho, cuando supe la historia detrás del poema de "Nanas de la cebolla" me conmoví bastante. Todos sus poemas son muy bellos, tomando en cuenta el contexto en el que se desarrolla también son bastante trágicos. Que bueno que lo compartes, creo que es de esos poetas que deben de ser conocidos por todos.
    Saludos Infinitos.

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  10. Hola!!! pero que preciosidad de poema, me ha gustado mucho. Desde hace un par de navidades que también he reflexionado sobre lo afortunado que somos y que muchas veces no nos damos cuenta de aquello, en la actualidad damos tanta importancia a lo material, y competitimos tanto por demostrar quien es el que tiene mas que muchas veces se pierde el valor de las cosas que ya tenemos, cosas tan simples como una cama calentita o ropa para vestirnos.

    Muy linda entrada.
    Saludos!!

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  11. Me ha encantado esta entrada, leo mucho, porque regreso a sus letras, a Miguel Hernandez
    Besos

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  12. Hola :D
    No soy de poemas, y es grato conocer a un autor diferente (quiero poesía) gracias por la entrada :P

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  13. ¡Hola!

    Yo tampoco suelo leer mucha poesía pero me encantan estas recomendaciones porque es algo a lo que quiero ponerle remedio cuanto antes.

    Acabo de descubrir tu blog y por aquí me quedo.
    ¡besos!

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  14. ¡Hola!
    No he leído al autor todavía pero este poema me ha encantado y tu reflexión es muy cierta. Gran entrada y sobre todo original.
    Besos!

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  15. Miguel Hernández supo transforma la fealdad de la pobreza en algo tan bello como este poema.

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  16. Hola, Camino. Un aplauso por tu entrada y por acercarnos a un gran poeta, Miguel Hernández. Me ha emocionado, conmovedor. Si he leído su poesía y me encantaría releerla.

    Un beso y feliz noche.

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  17. Me encantó el estilo de entrada! Se nota que te gusta hacerla por el empeño en tus palabras. la verdad que no conocía al autor y aunque no soy de poemas, me anoto para leer algo más del autor. Me alegro de que hicieras esta entrada. Besotes y nos leemos!!♥

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  18. Conocí a este gran poeta por el gran cantautor español Joan Manuel Serrat y por Pablo Neruda el cual compartió su estadía en Madrid con Miguel: Su poesía toca nuestra humana sensibilidad de una manera especial. Que pena su injusta y triste muerte. Dejó su eternidad en sus poemas.
    Saludos desde Mendoza, Argentina.

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