"Meg"

Steve Alten
Precio: 19,95 €
Número de Páginas: 380
Editorial: VíaMagna
Ciencia ficción.

<<-Profesor, ¿sugiere usted que el Megalodon podría existir todavía?
Se hizo el silencio. Era la pregunta que el público esperaba.>>


SINOPSIS

En una expedición ultra-secreta a la fosa más profunda del Océano Pacífico, Jonas Taylor se encontró frente a frente con el depredador ás grande y feroz en la historia del reino animal. Taylor, único sobreviviente de la misión, está obsesionado con lo que asegura haber visto, pero aún no puede probar su existencia: un Carcharon megalodon, el gigantesco antecesor del gran tiburón blanco. El megalodonte prehistórico promedio pesaba veinte toneladas y podía hacer pedazos a un Tiranosaurio rex en cuestión de segundos.

A la sombra de un doctor en paleontología, Taylor pasa años teorizando, dando conferencias y escribiendo sobre la posibilidad de que el megalodonte aún habite en los niveles más profundos del mar. Pero requiere de un viejo amigo que está pasando por un mal momento para regresar al agua, y de una piloto de submarinos para atreverse a volver a entrar en una de esas naves en miniaturade alta tecnología. Al sumergirse a la mayor profundidad conocida, Taylor se enfrentará al terror como nunca antes imaginó...

MI OPINIÓN

Hace años, Jonás Taylor, un experto submarinista e  investigador especializado en aguas profundas, recibe el encargo de bajar a la fosa de las Marianas, donde él y su equipo son atacados por un animal monstruoso. De esa expedición sólo sobrevive Jonás, al que creen loco ya que para intentar superar su miedo se obsesiona con la criatura convirtiéndose en un experto paleontólogo. Un tiempo después un amigo suyo necesita su experiencia en la fosa de las Marianas... y una vez allí, de la oscuridad de la fosa surge una pesadilla que les perseguirá hasta la superficie.

A pesar de que es parte de una saga, "Meg" es un libro autoconclusivo, es decir, podéis leer sólo éste ya que las continuaciones no son necesarias (y además no son tan buenas como este libro ni de lejos).
“Meg” es uno de esos libros cuya meta es hacer disfrutar al lector de la novela, con una idea muy buena y bastante bien desarrollada (a pesar de tener algunos clichés). Es una novela de ciencia ficción escrita en tercera persona. Se lee muy rápidamente ya que el escritor tiene un estilo muy ágil, sencillo y directo: es de esos libros que te mantienen en vilo todo el tiempo que pasas leyéndolos, que te mantiene en tensión e incluso hace que lo pases mal (ese puntillo que tanto nos gusta a los lectores masoquistas). Uno de los puntos a favor de la novela es que además del relato ofrece datos científicos de historia natural y paleontología entrelazados con la trama para ir introduciendo al lector a la historia.
Los personajes que se nos presentan aquí no son muchos, pero son variados. Sin embargo, a pesar de llegar a conocerlos, no están muy desarrollados ya que al que mejor llegamos a entender a nivel sobre todo psicológico, es a Jonás, el protagonista de la historia: un hombre fuerte que ha sufrido un trauma que le ha dejado lesiones psicológicas, pero que deberá sobreponerse a ellas para poder luchar contra la bestia que amenaza a la humanidad.

Es un libro cinematográfico: no sé expresarlo de otro modo, pero “Meg” tiene una de esas historias que imaginas perfectamente adaptadas a la gran pantalla, con mucha actividad y tensión, y unas descripciones pasmosas de las situaciones que consiguen trasladarte al mismo centro de la acción. Y tranquilos, no se parece a la película de “Tiburón”, aunque trate sobre uno prehistórico.

“Meg” es lo que yo llamo una “lectura de verano”: ágil, sencillo y con una historia absorbente. ¿Le daréis una oportunidad?

[Pequeña historia graciosa: la primera vez que me leí éste libro hará ya dos años atrás, no miré ni la portada ni leí la sinopsis; vamos, no tenía ni idea de lo que podía encontrarme entre sus páginas. Yo esperaba una historia sobre una chica victoriana llamada Meg (no preguntéis, no tengo ni idea de porqué me imaginaba que podría tratar de eso)... y en vez de eso me encontré un Meg, sí... un megalodón. Imaginad mi sorpresa. Curiosamente, me gustó más la versión del megalodón que la de la chica victoriana].