Reseña: "After".

¡Hola a todos!
Hoy, por fin, ha llegado el día de poder aportar mi granito de arena en esta cuestión dentro de la blogosfera. Y es que hoy me toca hablar de After.
Antes de nada, y aunque no me debería de justificar, puntualizar que sí, me he leído los cuatro libros (varias veces, de hecho, porque fueron la base de mi trabajo de fin de grado), y por tanto sé de lo que estoy hablando cuando expongo lo que expongo en esta entrada. Sin embargo, para mantener un análisis más centrado y más profundo sólo analizaré el primer libro de la tetralogía.
Allá voy. 

AFTER

Anna Todd
Número de páginas: 576
Precio: 17.90 €
Editorial: Planeta
After 1/4
Juvenil romántica-erótica

<<A veces me siento agradecida, tan absolutamente perdida en el momento de pasión que mi juicio se nubla y lo único que veo es a él. Otras veces pienso en el sufrimiento que me causó, en el profundo dolor por la pérdida de mi antiguo yo, en el caos de esos momentos en los que me sentía como si mi mundo estuviera patas arriba, y la respuesta no es tan sencilla como lo fue en su día. 
De lo único de lo que estoy segura es de que mi vida y mi corazón jamás volverán a ser los mismos, no después de que Hardin irrumpiera en ellos>>. 

SINOPSIS

Tessa Young se enfrenta a su primer año en la universidad. Acostumbrada a una vida estable y ordenada, su mundo cambia cuando conoce a Hardin, el chico malo por excelencia, con tatuajes y de mala vida. La inocencia, el despertar a la vida, el descubrimiento del sexo… un amor infinito, dos polos opuestos hechos el uno para el otro.

MI OPINIÓN (CRÍTICA)

Esta tetralogía comenzó como un fanfiction (relatos de ficción escritos por fans de cualquier fenómeno en los que se utilizan los personajes, situaciones y ambientes que se describen o dan en la historia original junto con personajes y situaciones de creación propia del autor del fanfiction desarrollando sus personalidades y acciones a gusto) de One Direction en la web de Wattpad (una aplicación que permite compartir historias, cuentos… con todas las personas que deseen leerlas y que se está haciendo muy popular).

"After" habla de un modelo de amor específico y de lo que puede provocar en las personas implicadas además de presentar unos determinados modelos de masculinidad y feminidad prototípicos de algunas novelas decimonónicas y una relación de poder que resulta muy característica de las novelas eróticas occidentales actuales.

Aplicando el test de Bechdel (si no sabes lo que es y tienes curiosidad, puedes pinchar aquí) a esta novela, se categoriza como una historia machista: aunque aparecen más de dos mujeres el papel de los personajes secundarios femeninos queda relegado a menciones sin importancia, las conversaciones que mantienen entre ellas se refieren únicamente a hombres y toda la trama está centrada en los altibajos que la protagonista tiene intentando mantener una relación cuestionable con un hombre que mantiene comportamientos que rozan en ocasiones el maltrato psicológico. Hay que tener en cuenta que estas actitudes y situaciones suceden en multitud de novelas de este estilo (romántica-erótica), cosa que indica que todavía queda un sesgo androcentrista (la práctica de otorgar al hombre y a su punto de vista una posición central en las sociedades, culturas e historia) en las industrias de entretenimiento que se impone sobre el escritor y que sigue perpetuándose sobre todo en este tipo de libros.

Esta novela representa un cliché muy usado en la literatura romántica: una chica joven (Tessa), inocente y muy buena estudiante que se ha criado en un ambiente de clase media con muchos prejuicios hacia aquellas personas y actitudes que no sean como las que ellos ven como normales, entra en la universidad dejando a su novio, un chico agradable y calmado con un pensamiento muy tradicional (no se tendrá sexo antes del matrimonio, no se tienen expresiones de afecto en público) y un año menor que ella, en el pueblo aunque continuando la relación.
Al entrar en la universidad se adentra también en un ambiente distinto al que estaba acostumbrada hasta el momento debido a su compañera de habitación, una chica fiestera, más atrevida e insinuante que la protagonista. Por su forma de vestir y sus numerosos tatuajes y piercings Tessa la juzga duramente al principio, pero es gracias a ella que conoce a Hardin, un hombre joven, maleducado, camorrista y despectivo, también lleno de tatuajes y piercings. Desde el primer momento en que se encuentran ambos protagonistas, a pesar de las numerosas discusiones que tienen (a menudo surgidas de la nada) se sienten atraídos el uno por el otro. Poco a poco conforman una relación que va creciendo entre numerosas discusiones y conflictos y que se afianza muy rápidamente.

El texto de “After” (en sus cuatro libros) es altamente sexualizado y representa una relación que se construye en torno al poder y al género. La autora maneja una noción del amor romántico con tintes explícitos erótico-sexuales en la que reproduce la dinámica heteronormativa (conjunto de las relaciones de poder por medio del cual la heterosexualidad se normaliza y se reglamenta en la cultura institucionalizándose e idealizándose) del hombre activo y la mujer pasiva sobre todo en sus primeras etapas de relación.

Se establecen aquí las ideas de cómo deben de ser la mujer y el hombre y el rol que estos han de realizar: Hardin se construye con el poder, un hombre guapo, joven, poderoso, con un pasado y un presente tormentoso susceptible de ser cambiado por la chica. Es un hombre que controla casi todos los aspectos de la relación, protector, agresivo, competitivo y dominante. Considera su sexo como un símbolo de trascendencia y poder de lo que envanecerse y usa el argumento de su experimentación sexual con facilidad y sin problemas a la hora de intimidar a los demás, sobre todo a la chica, al igual que su fuerza física o los ataques verbales.
Tessa, por el contrario, se presenta como inocente y pura, incómoda con su cuerpo y el de los demás, muy estudiosa. A pesar de tener un papel algo más conectado con el mundo laboral sigue teniendo un papel pasivo y sigue estando ocupada del ámbito doméstico. A medida que la trama avanza se argumenta que su antiguo ambiente le hacía ser como era, tan tímida, y se cuenta que vestía del modo en que vestía por cómo le habían criado. A partir de ese momento su papel se comienza a modelar hacia lo que la mirada dominante espera de una mujer: accesible hacia el sexo opuesto; amante de arreglarse, maquillarse y vestirse pensando en cómo reaccionarán los hombres (en particular Hardin) a su cambio de imagen…
Estos esquemas de género se repiten en mayor o menor medida en el resto de personajes, siendo los masculinos personajes dominantes, controladores y competitivos (sobre todo dentro del grupo joven, los amigos del protagonista masculino) y las mujeres más cuidadoras, coquetas y sumisas cuyas únicas conversaciones entre ellas versan sobre hombres, maquillaje o ropa. También se presenta la idea de que la feminidad se construye a partir del comienzo de la sexualidad y mantiene ideas sostenidas en el imaginario colectivo como la de la creencia de que es siempre la mujer la que espera una eternidad junto con la persona amada. Hay que tener en cuenta que los personajes secundarios no tienen apenas peso en la trama excepto para provocar más discusiones entre los protagonistas, y cuyo valor literario brilla por su ausencia.

En esta novela existe una representación clara de la pasividad y aceptación de las situaciones y actitudes sin cuestionarlas, característica de Tessa, quien acepta todo por amor sin apenas discutirlo o discutiendo pero abandonando esa discusión más adelante. También hay que tener en cuenta el primitivismo de los personajes masculinos, quienes, cuando hay algún problema, lo resuelven todo con violencia física o simbólica, siendo Hardin quién más realiza esta actitud (tal vez porque se siente menos poderoso que la chica y por ello trata de reafirmarse como el que manda) exigiendo, amenazando y gritando cuando no consigue algo que quiere.
Existe una constante figura del patetismo y del sufrimiento tanto en el personaje de Tessa como en el de Hardin debido a los altibajos de su relación, pero no el impulso de cambiar o solucionar lo que les hace sufrir, sino sólo su justificación por el amor que se profesan. Asimismo hay una búsqueda de autotrascendencia en el otro, buscando su propia identidad a través de los sentimientos que pueda tener la pareja.

El poder en la relación viene de manos de Hardin. Debido al binarismo entre la inocencia y la experimentación (sexual, principalmente, aunque más adelante pasa a ser también en cuestiones de vida cotidiana) que se establece dentro de la trama, Tessa deja que sea Hardin quien decida lo que se puede o no hacer (por ejemplo, a pesar de discutirlo un par de veces, es el protagonista masculino quien paga las facturas). Tessa adora a Hardin como a un “dios” y pretende alcanzar la plenitud de sí misma mediante la sumisión y la obediencia al otro sobre todo en temas sexuales o de toma de decisiones ya que, aunque las discutan, ella acaba cediendo ante las peticiones de él ya sea porque éste le convence argumentando o mediante técnicas de coacción. Se establece una nueva ideología donde el otro (en este caso la pareja, Hardin) es el ente “superior” al que se le otorga una legitimidad a la hora de dirigir la relación y en el que depositar la fe aunque sea una “divinidad” que constantemente daña a propósito, engaña y oculta.

Citando a Morales Marente (2007:7) “En el modelo de poder de género (Pratto y Walker, 2004) formulan la existencia de cuatro pilares en los que se basan las diferencias de poder entre los géneros: a) la fuerza o la violencia –tanto de tipo físico como psicológico- (la amenaza con la violencia puede inducir a que otros obedezcan a nuestras demandas); b) el control de los recursos (poder económico o control de los recursos básicos); c) las obligaciones sociales (en una relación, la parte que más depende de la otra está en una situación de inferioridad en cuanto a poder); d) la ideología (conjunto de creencias que justifican la desigualdad o las diferencias de poder)”. Todo lo que dice Morales se desarrolla, punto por punto, en la novela.

Aviso: a partir de este momento comienzan los spoilers, por lo que si no queréis leerlos es mejor que paréis aquí.

Hardin, nada más conocer a Tessa, comienza a burlarse de ella por la ropa que viste (tanto cuando va más cubierta, ya que su estilo es más “conservador”, es decir, faldas largas y ropa poco ajustada, como cuando prueba un estilo diferente por influencia de su compañera de cuarto), por su comportamiento en reuniones sociales (la chica no suele beber y es muy tímida y reservada en comparación al resto del grupo con el que se junta), por su carácter, tan distinto al suyo, por el único amigo que hace sin influencia del grupo de amigos de Hardin (mucho más tranquilo, estudioso y conservador); y más adelante cuando Tessa trata de ayudarle con sus problemas de familia, bebida... El cénit de esta dinámica de humillación llega al final de la primera novela, cuando se desvela que toda su relación con el chico comenzó como una apuesta de Hardin con sus amigos para lograr la virginidad de la chica en un alarde de conquista que recuerda a lo que dice Simone de Beauvoir (1949), que el “quitarle” la virginidad a una mujer para un hombre supone un acto de dominación y marcaje de territorio.
El discurso que se expone después de esto, cuando ella descubre lo que ha pasado, es que todo es perdonable porque Hardin la ama (un amor tradicional en el que el hombre lleva las riendas de la relación, en el que el premio es la mujer, en el que existe una autotrascendencia debido al otro y en el que se tiene que controlar al ser amado) y porque en ese momento “no sabía que se iba a enamorar de ella”.

Ella, sin embargo, también lleva a cabo comportamientos de humillación hacia cualquier situación o persona que no entre dentro de sus estándares de normalidad, sobre todo con Hardin, a quien juzga por el ambiente y la gente de quien se rodea y su físico.

Del mismo modo se exponen comportamientos de manipulación, de nuevo por ambas partes: Tessa utiliza a su antigua pareja para que no le deje sola y así evitar pensar en otras cosas (como en lo atraída que se siente por Hardin o lo sola que se siente las primeras semanas de universidad) o ir a sitios que considera que no son aceptables (como a las fiestas que realiza el grupo de amigos de su compañera de cuarto); junto a Hardin lleva a cabo la actitud de provocar celos a la pareja sólo para que haga y actúe como uno quiere (en ocasiones con manipulación sexual o emocional) o simplemente por poder hacer daño al otro para ganar poder en la relación.
Poco a poco el protagonista masculino se va introduciendo en absolutamente todas las partes de la vida de Tessa causando que ésta se aleje de su madre y de sus amigos, controlando su trabajo (y sin dudar en recordarle que lo ha obtenido en parte gracias a él… existe una anulación del personaje de Tessa por parte del de Hardin, aunque no se puede perder de vista que desde el principio Tessa lo permite a pesar de saber que la relación no le hace bien. La razón por la que no quiere dejarlo es porque su intensidad es algo a lo que no puede renunciar: ella misma admite en ocasiones, sobre todo para sí misma, que nunca fue así, pero a pesar de todo permite que la moldeen ya que no puede renunciar a Hardin.

También se muestran en “After” comportamientos controladores y celosos, sobre todo por parte de Hardin, quien prohíbe a Tessa hablar, sobre todo, con chicos ya que se siente inseguro de que ella pueda cambiar de opinión y dejarle debido, entre otras cosas y como él mismo dice, a “lo diferentes que son”; además de mandarle numerosos mensajes y llamadas para saber dónde o con quién está… Tessa, que en ocasiones (no demasiadas) se queja de estos comportamientos, también hace lo mismo con él, revisándole el teléfono y sospechando de lo que éste hace cuando no está con ella. Los dos presentan un comportamiento celoso constantemente al ver al otro con personas de distinto sexo, ambos aplicando y reafirmando constantemente su posesividad sobre otro y sospechando de forma continua un posible abandono por parte del otro aunque nada lo justifique.

Se llegan a presentar también casos de intimidación o forzamiento físico por parte de Hardin, quien arrincona, grita, humilla, coge del brazo con fuerza o empuja a Tessa para que ella haga lo que él quiere invadiendo su espacio personal y obligándola a cumplir su voluntad (aunque ella se queja no hace nada para remediarlo) además de que cuando algo le contraría comienza a romper cosas o pelearse física y verbalmente con la persona incitadora de esa contrariedad.

En este libro se reproducen también los distintos mitos relacionados con el amor: el mito de la media naranja (en el que la pareja se siente completa al juntarse, para el cual estaban predestinados y sin el cual no podrían vivir), el de los celos (se muestran como un comportamiento racional debido a que el comportamiento posesivo para con el otro es algo estandarizado, se perpetúa el discurso de que los celos son un signo de amor), el mito de que el amor lo puede todo y gracias a él se pueden superar todas las adversidades debido a que siempre se tendrá a la otra persona que le complete al lado y nada malo sucede si es así (y asimismo, que todo lo malo que pueda suceder a causa de estas relaciones se puede perdonar debido al amor profesado)… también se da el mito del matrimonio o de la convivencia (por el cual se cree que el amor romántico debe conducir a la unión estable de la pareja); así como el de la abnegación. También se presenta en la novela, como se ha mencionado antes, el modelo de relación más tradicional, aquel que no resulta igualitario y en el que todavía se ve a la mujer en una posición subordinada frente al hombre, quien es el que provee, protege y dirige y al que se debe de rendir la mujer tanto en decisiones como en adoración.

Definitivamente no es un libro (ninguno de los cuatro) a recomendar, ya que nada de lo que muestra lo muestra con ningún tipo de afán de crítica hacia los comportamientos que se exponen.
Todos los libros de esta tetralogía están cortados por el mismo patrón donde la trama se conduce por las discusiones de los protagonistas, donde las situaciones son predecibles y las conversaciones repetitivas; la historia se acaba haciendo cansina debido a ello, y aunque el modo en que está escrito hace que se coja un buen ritmo si uno se engancha a la historia, las constantes regañinas actúan como un tope que ralentiza la historia: la trama existe y se desarrolla en base a constantes malentendidos mostrando la incapacidad de los protagonistas de mantener una relación sana basada en la confianza y el diálogo.
Por supuesto, el final de esta novela es predecible desde la primera página, así como el final del cuarto libro, que viene rodado y desarrollado a partir de una tradición dentro de la literatura romántica-erótica que no parece haber variado mucho a lo largo de los siglos.