domingo, 8 de octubre de 2017

Reseña: «Acero de Madrid. Epopeya».

José Herrera Petere
Número de páginas: 284
Precio: 14,90 € 
Editorial Libros de la ballena
Político social


«Esto no podía volver a ocurrir. Tenían que organizarse los de izquierdas. ¡Ya no quedan compañeros, ni amigos, ni hombres simpáticos ni antipáticos, ni buenos ni malos nadadores, ni hombres listos o tontos! ¡Ya no quedan más que fascistas y antifascistas!».

SINOPSIS

«Acero de Madrid es una ventana a la historia de nuestro país abierta por uno de sus protagonistas. Una obra escrita para hacer crecer la esperanza en la victoria de la democracia».
Alberto Garzón, Coordinador Federal de Izquierda Unida.

Entre la crónica, la epopeya y la arenga, Acero de Madrid, novela escrita en las trincheras en plena Guerra Civil española, es la expresión rotunda de la ideología del bando republicano antes de que el desenlace de la guerra alcanzara siquiera a imaginarse. Petere narra la resistencia de Madrid en escenas por las que circulan personajes históricos junto a otros ficticios. Sobre estos últimos, en representación del pueblo dividido, recae el protagonismo coral del libro. Hoy, recuperar esta obra es como sacar un cadáver de la cuneta, un ejercicio necesario de memoria colectiva.

MI OPINIÓN

España está en tensión. La gente habla en las calles, descontenta, los rebeldes comienzan a marchar; ciudades y pueblos caen bajo su avance. La batalla ha comenzado, una batalla ideológica teñida de muerte y miedo, una lucha que no solo es española, sino mundial. Y entre todo esto, la esperanza en la victoria, la esperanza en la valentía del pueblo de Madrid.

Acero de Madrid es una novela escrita por Herrera Petere durante los acontecimientos de la Guerra Civil española (1936-1939). Publicada en 1938 para dar fuerza a los que luchaban contra los sublevados fascistas, sigue mostrando un tema en boga por la necesidad de revisar el concepto de la Memoria histórica, que todavía es un tema candente en España; y el escritor, en un tono que varía entre el ensayo y la poesía, explica el conflicto entre el comunismo y el capitalismo que vertebró todo el siglo XX.

Esta novela tiene muchos personajes, pero sirven para un propósito claro: suponen las múltiples voces de la literatura como arma política. Los personajes no son en los que recae la acción, sino que lo importante es la transmisión de ideas y el contagio de la esperanza en la victoria. Con una mezcolanza de hechos cotidianos y acontecimientos que han pasado a los libros de historia, de las figuras históricas y de las voces anónimas de la intrahistoria, la ciudad de Madrid es en realidad la que se erige como protagonista del conflicto, y su pueblo como la única vía para resistir al enemigo invasor.

Esta novela político social, con un tono cercano al ensayo que en ocasiones roza lo lírico, está escrita de forma muy politizada y panfletaria. La historia narra el aumento de la conflictividad social desde el triunfo del Frente Popular en las elecciones febrero de 1936 hasta finales de 1937, cuando el gobierno de la República se traslada a Valencia, y relata cómo se organiza la resistencia en Madrid enlazando acontecimientos y personajes históricos con otros intrahistóricos a partir de los cuales el autor trata de demostrar que la Guerra Civil se enmarca dentro de todo un conflicto internacional, no solo de una lucha entre hermanos.

Acero de Madrid nació pensada para apelar a un lector estrictamente contemporáneo, ya que fue una de las novelas que se escribieron en plena guerra para movilizar a las tropas y darles esperanza, por lo que sus referencias históricas (de personajes, lugares y fechas), que en su momento no requerían de mayor contextualización, y el tono de la misma, de arenga, pueden llegar a ralentizar al lector, pero hay que tener en cuenta que, en su origen, el escritor no tenía la intención de brindar a la ciudadanía de Madrid información sobre los hechos que estaba viviendo, sino movilizarla ante los mismos. La edición de Libros de la ballena, sin embargo, logra dotar, gracias tanto a un apéndice en el que se habla brevemente sobre Madrid en tiempos de guerra, de una mayor comprensión a la novela.
Así, el libro llega como testimonio del punto de vista del bando vencido, cuando todavía no se alcanzaba a imaginar el final de la guerra y sus largas consecuencias: no hay que confundirlo con un libro de historia, sino pensarlo siempre como un pedazo de la historia de España: este no es un libro en el que aprender sobre la Guerra Civil, no es un libro con un valor estrictamente literario (otros, como La forja de un rebelde, de Arturo Barea, por estilo e historia resultan más satisfactorios), pero ofrece otro punto de vista, el de la literatura como arma política, el de la necesidad de dar esperanza a las tropas para que puedan resistir, la transmisión de esperanza ante un final que es de dominio público pero que en su momento no se esperaba.

Tal vez no sea tan llamativo como otros y cueste más coger ritmo por el estilo con el que está escrito, pero siendo como es un fragmento vivo de la historia del país, habría que leerlo, aunque fuera, una vez en la vida.

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