Relato: El lago.

¡Hola a todos!

¿Qué tal estáis esta semana? ¡Espero que estupendamente!

Yo esta semana os quiero dejar un pequeño relatillo, pero no quiero dejar pasar el momento sin aprovechar para recordaros que, si estáis en Madrid, ha empezado ya la Feria del Libro 2018 y animaros a pasaros, ¡que se presenta llena de charlas, firmas y, en general, muchas cosas interesantes!

Dicho esto, os dejo con el relato.

EL LAGO

Camino F.

El día se presentaba de una calma chicha. No soplaba ni una brizna de viento y lo único que se oía era el monótono sonido de las chicharras elevándose en el aire y el agua lamiendo perezosamente la orilla, casi llegando a la hierba. Hasta los pájaros callaban, habiendo dejado sus gorjeantes discusiones para cuando el sol aflojara y cayera el descanso fresco de la noche.

La calma se rompió con la voz de un grupo de jóvenes que, seguramente seducidos por la perspectiva de pasar un rato al sol, a orillas del lago, se habían sacudido la pereza y se habían acercado hacia allí, cargados de toallas, de minineveras y de conversación, ignorando las señales que indicaban que ese era un lugar prohibido, embriagados de sol y sensación de rebeldía. Entre gritos y risas, dejaron caer sus cosas en el prado, llenando el lugar de anécdotas y juegos, acercándose al agua para meter los pies y salpicarse los unos a los otros.

La superficie del lago se agitó por un momento, como si algo de gran tamaño se revolviera bajo las aguas, antes de volver a quedar tranquila, lisa como un plato. Invitadora. Expectante.

Engañosa.

Nadie se dio cuenta de esto. Nadie prestó atención.

Y nadie volvió a casa ese día.

¡Esto es todo por la entrada de la semana! Espero que os haya gustado y nosotros nos vemos la semana que viene.

¡Un beso!