E. L. James
Número de páginas: 648
Precio: 17.90 €
Editorial: Grijalbo
Erótica
«Tiene la cara pequeña y dulce y se está ruborizando con un inocente rosa pálido. Me pregunto un segundo si toda su piel será así, tan impecable, y qué tal estará sonrosada y caliente después de un golpe con una vara.
Joder».
SINOPSIS
DESCUBRE EL MUNDO DE CINCUENTA SOMBRAS DE GREY A TRAVÉS DE LOS OJOS DE CHRISTIAN GREY
E.L. James nos ofrece una nueva perspectiva de la historia de amor que ya ha seducido a millones de lectores en todo el mundo, contada ahora en primera persona por Christian Grey.
Christian necesita tenerlo todo bajo control. Su mundo es puro orden y disciplina aunque, en el fondo, está vacío... hasta el día en que Anastasia Steele aterriza de bruces en su despacho, hecha una maraña de largo pelo castaño y esbeltas piernas.
Él intenta olvidarla pero, muy al contrario, se ve inmerso en una tormenta de emociones que no consigue controlar y a la que no puede resistirse. A diferencia de todas las mujeres que ha conocido, la tímida e inexperta Ana parece capaz de ver más allá del exitoso empresario y la lujosa vida que le rodea, y descubrir el corazón frío y lastimado de Christian.
¿Logrará su relación con Ana disipar las pesadillas que le acechan todas las noches? ¿O serán sus oscuros impulsos sexuales, su obsesión por el control y el desprecio hacia sí mismo los que alejarán a la joven y destruirán la frágil esperanza que ella le ofrece?
MI OPINIÓN (CRÍTICA)
Christian Grey es un hombre que lo tiene todo: guapo, rico, exitoso, hecho a sí mismo. Y cuando Anastasia Steele entra en su vida y la pone patas arriba, descubriendo que él no es el frío y calculador hombre que todo el mundo supone que es, este no puede resistirse a tratar de hacerla suya bajo sus propias condiciones. Y es que Grey tiene unas condiciones un tanto peculiares…
Grey, el spin off de Cincuenta sombras de Grey, busca mostrar desde el punto de vista del protagonista masculino, al que se considera misterioso y enigmático, la primera historia de la trilogía, por lo que la trama no resulta sorpresa para nadie que haya leído los libros anteriores.
Respecto a los personajes de esta novela, el único que tiene relevancia es Grey, sus vivencias y su mundo interior: a pesar de que existen otros personajes ninguno logra destacar, sino que quedan como personajes tipo apenas sin desarrollo que sólo sirven para propiciar los pensamientos y encauzar las acciones del protagonista (aunque este tampoco está especialmente desarrollado). De entre esos secundarios habría que destacar a Anastasia, quien en las novelas de la trilogía era algo sosaina y que en esta novela se convierte simplemente en insulsa —ya en la trilogía original las opiniones de la protagonista femenina eran continuamente relegadas a un segundo plano, y aquí se muestra esto de modo todavía más claro: lo que interesa es la función que estos personajes ejercen en la narración como espoleadores del carácter que los masculinos muestran, encarnando el modelo femenino que se busca en el imaginario masculino—, así como al psicólogo de Grey, el doctor Flynn, cuyos “profesionales” consejos incluyen el decirle a un hombre con problemas psicológicos que persiga a una mujer que explícitamente le ha dicho al protagonista que no quiere saber nada de él porque este opina que es “la elegida”.
Grey es descrito exactamente igual que en la trilogía original: guapo, rico y autoritario. Aunque aquí se desvela como un personaje más vulgar, malcriado, sexual y mucho menos “dominante” de lo que se expone en Cincuenta Sombras: en esta narración su personaje pasa a no ser más que un “adolescente pajillero” que a pesar de todo sabe que tiene poder y sabe cómo usarlo en su beneficio sin tener en cuenta las consecuencias que sus acciones pueden suponer para otras personas, cosa que se evidencia cada vez que este piensa en la chica: en ningún momento Grey considera a Ana su igual, sino que por su lenguaje se evidencia que la sitúa por debajo de su propio estatus.
Se muestra a Christian como un personaje primitivo en el sentido de que todo lo resuelve con violencia física o simbólica: no sólo se presenta con el poder y la capacidad para establecer el castigo físico en los contextos sexuales sino que también lo hace en contextos no sexuales pertenecientes a la vida cotidiana controlando todos los aspectos de la relación entre ambos, siendo celoso, abusivo, posesivo y acosador y justificando esto por su pasado tormentoso, que sólo se relata en la novela en forma de pesadillas. En definitiva Christian Grey se define con unas frases que Foucault (1994) expuso en su libro Hermenéutica del sujeto: “En el abuso de poder uno desborda lo que es el ejercicio legítimo de su poder e impone a los otros su fantasía, sus apetitos, sus deseos. Nos encontramos aquí con la imagen del tirano o simplemente del hombre poderoso y rico, que se aprovecha de esta pujanza y de su riqueza para abusar de los otros, para imponerles un poder indebido” (p. 118).
La novela es el primer libro de la trilogía, Cincuenta sombras de Grey, pero desde la visión de Christian. Al igual que en la novela original está escrito en primera persona (aunque pierde parte del tono chick-lit que mantenía la trilogía y que podía hacer que las mujeres se identificaran más fácilmente con la historia) y todo comienza cuando Anastasia entra en el despacho de Christian para entrevistarle. Los diálogos son los mismos, los hechos son los mismos aunque de forma más explícita y vulgar —por lo que el argumento de la novela no es relevante en absoluto sino que se centra en que sea Grey con su propia subjetividad el que sostenga el peso de la novela, para conocer su perspectiva— y sin embargo hay cosas que faltan ya que no todo ocurre de la misma forma. El ritmo que toma la novela, por tanto, es lento y pesado: no hay novedad, no hay suspense, no hay nada que incite a la lectura, y la pluma de la autora, tratando de ponerse en el lugar de la mente de un hombre, pierde toda fluidez y soltura. Del mismo modo la personalidad del protagonista cambia: no parece el mismo Grey de Cincuenta Sombras sino una versión adolescente y cargada de hormonas, completamente insulsa.
Es cierto que se proporcionan detalles de su familia, su trabajo o su pasado (pasado que sólo se muestra para tratar de justificar cómo ha sufrido y el por qué Grey ha llegado a ser como es pero que no lo consigue en absoluto) así como su día a día y sus acciones y pensamientos para tratar de darle un aire distinto y novedoso, pero no lo es: es una repetición de lo que ya había, un libro hecho para los fans y que al igual que los tres que le preceden y la tetralogía After, de la que ya se ha hablado en este blog, muestra la sexualización del amor y una relación construida en torno al género y al poder. Y respecto al romance —aunque esta no es la palabra con la que definir la relación que mantienen Anastasia y Christian—, este brilla por su ausencia, mostrando sin embargo más claramente una relación desigual y basada en estereotipos machistas.
Este libro, en definitiva, aprovecha el mismo nicho de mercado que sus predecesores, dirigido a un público específicamente femenino y combinando el discurso más moderno, de vivencia de una sexualidad libre y plena, con el heteronormativo androcentrista, el del chico malo al que el amor le convierte en un príncipe azul.
Ni este ni la saga original serían libros que yo personalmente recomendaría: no son críticos, la forma en que están escritos no invita especialmente a la lectura y no ofrecen ningún tipo de análisis o reflexión acerca de los comportamientos que muestran, además de resultar cansinos y repetitivos.
Y finalmente, como apunte: se dice de la trilogía de Cincuenta sombras de Grey que “fue la responsable de que el género erótico se pusiera de moda”. Para nada: el género erótico ha estado de moda desde el principio de los tiempos, comenzando con los diversos papiros egipcios y tomos romanos y griegos, pasando por la erótica más sutil de la Edad Media hasta la obvia escrita por el Marqués de Sade y continuando con la numerosa chick-lit que se ha estado publicando. La única diferencia es que ahora no se oculta la lectura de este género.
Número de páginas: 648
Precio: 17.90 €
Editorial: Grijalbo
Erótica
«Tiene la cara pequeña y dulce y se está ruborizando con un inocente rosa pálido. Me pregunto un segundo si toda su piel será así, tan impecable, y qué tal estará sonrosada y caliente después de un golpe con una vara.
Joder».
SINOPSIS
DESCUBRE EL MUNDO DE CINCUENTA SOMBRAS DE GREY A TRAVÉS DE LOS OJOS DE CHRISTIAN GREY
E.L. James nos ofrece una nueva perspectiva de la historia de amor que ya ha seducido a millones de lectores en todo el mundo, contada ahora en primera persona por Christian Grey.
Christian necesita tenerlo todo bajo control. Su mundo es puro orden y disciplina aunque, en el fondo, está vacío... hasta el día en que Anastasia Steele aterriza de bruces en su despacho, hecha una maraña de largo pelo castaño y esbeltas piernas.
Él intenta olvidarla pero, muy al contrario, se ve inmerso en una tormenta de emociones que no consigue controlar y a la que no puede resistirse. A diferencia de todas las mujeres que ha conocido, la tímida e inexperta Ana parece capaz de ver más allá del exitoso empresario y la lujosa vida que le rodea, y descubrir el corazón frío y lastimado de Christian.
¿Logrará su relación con Ana disipar las pesadillas que le acechan todas las noches? ¿O serán sus oscuros impulsos sexuales, su obsesión por el control y el desprecio hacia sí mismo los que alejarán a la joven y destruirán la frágil esperanza que ella le ofrece?
MI OPINIÓN (CRÍTICA)
Christian Grey es un hombre que lo tiene todo: guapo, rico, exitoso, hecho a sí mismo. Y cuando Anastasia Steele entra en su vida y la pone patas arriba, descubriendo que él no es el frío y calculador hombre que todo el mundo supone que es, este no puede resistirse a tratar de hacerla suya bajo sus propias condiciones. Y es que Grey tiene unas condiciones un tanto peculiares…
Grey, el spin off de Cincuenta sombras de Grey, busca mostrar desde el punto de vista del protagonista masculino, al que se considera misterioso y enigmático, la primera historia de la trilogía, por lo que la trama no resulta sorpresa para nadie que haya leído los libros anteriores.
Respecto a los personajes de esta novela, el único que tiene relevancia es Grey, sus vivencias y su mundo interior: a pesar de que existen otros personajes ninguno logra destacar, sino que quedan como personajes tipo apenas sin desarrollo que sólo sirven para propiciar los pensamientos y encauzar las acciones del protagonista (aunque este tampoco está especialmente desarrollado). De entre esos secundarios habría que destacar a Anastasia, quien en las novelas de la trilogía era algo sosaina y que en esta novela se convierte simplemente en insulsa —ya en la trilogía original las opiniones de la protagonista femenina eran continuamente relegadas a un segundo plano, y aquí se muestra esto de modo todavía más claro: lo que interesa es la función que estos personajes ejercen en la narración como espoleadores del carácter que los masculinos muestran, encarnando el modelo femenino que se busca en el imaginario masculino—, así como al psicólogo de Grey, el doctor Flynn, cuyos “profesionales” consejos incluyen el decirle a un hombre con problemas psicológicos que persiga a una mujer que explícitamente le ha dicho al protagonista que no quiere saber nada de él porque este opina que es “la elegida”.
Grey es descrito exactamente igual que en la trilogía original: guapo, rico y autoritario. Aunque aquí se desvela como un personaje más vulgar, malcriado, sexual y mucho menos “dominante” de lo que se expone en Cincuenta Sombras: en esta narración su personaje pasa a no ser más que un “adolescente pajillero” que a pesar de todo sabe que tiene poder y sabe cómo usarlo en su beneficio sin tener en cuenta las consecuencias que sus acciones pueden suponer para otras personas, cosa que se evidencia cada vez que este piensa en la chica: en ningún momento Grey considera a Ana su igual, sino que por su lenguaje se evidencia que la sitúa por debajo de su propio estatus.
Se muestra a Christian como un personaje primitivo en el sentido de que todo lo resuelve con violencia física o simbólica: no sólo se presenta con el poder y la capacidad para establecer el castigo físico en los contextos sexuales sino que también lo hace en contextos no sexuales pertenecientes a la vida cotidiana controlando todos los aspectos de la relación entre ambos, siendo celoso, abusivo, posesivo y acosador y justificando esto por su pasado tormentoso, que sólo se relata en la novela en forma de pesadillas. En definitiva Christian Grey se define con unas frases que Foucault (1994) expuso en su libro Hermenéutica del sujeto: “En el abuso de poder uno desborda lo que es el ejercicio legítimo de su poder e impone a los otros su fantasía, sus apetitos, sus deseos. Nos encontramos aquí con la imagen del tirano o simplemente del hombre poderoso y rico, que se aprovecha de esta pujanza y de su riqueza para abusar de los otros, para imponerles un poder indebido” (p. 118).
La novela es el primer libro de la trilogía, Cincuenta sombras de Grey, pero desde la visión de Christian. Al igual que en la novela original está escrito en primera persona (aunque pierde parte del tono chick-lit que mantenía la trilogía y que podía hacer que las mujeres se identificaran más fácilmente con la historia) y todo comienza cuando Anastasia entra en el despacho de Christian para entrevistarle. Los diálogos son los mismos, los hechos son los mismos aunque de forma más explícita y vulgar —por lo que el argumento de la novela no es relevante en absoluto sino que se centra en que sea Grey con su propia subjetividad el que sostenga el peso de la novela, para conocer su perspectiva— y sin embargo hay cosas que faltan ya que no todo ocurre de la misma forma. El ritmo que toma la novela, por tanto, es lento y pesado: no hay novedad, no hay suspense, no hay nada que incite a la lectura, y la pluma de la autora, tratando de ponerse en el lugar de la mente de un hombre, pierde toda fluidez y soltura. Del mismo modo la personalidad del protagonista cambia: no parece el mismo Grey de Cincuenta Sombras sino una versión adolescente y cargada de hormonas, completamente insulsa.
Es cierto que se proporcionan detalles de su familia, su trabajo o su pasado (pasado que sólo se muestra para tratar de justificar cómo ha sufrido y el por qué Grey ha llegado a ser como es pero que no lo consigue en absoluto) así como su día a día y sus acciones y pensamientos para tratar de darle un aire distinto y novedoso, pero no lo es: es una repetición de lo que ya había, un libro hecho para los fans y que al igual que los tres que le preceden y la tetralogía After, de la que ya se ha hablado en este blog, muestra la sexualización del amor y una relación construida en torno al género y al poder. Y respecto al romance —aunque esta no es la palabra con la que definir la relación que mantienen Anastasia y Christian—, este brilla por su ausencia, mostrando sin embargo más claramente una relación desigual y basada en estereotipos machistas.
Este libro, en definitiva, aprovecha el mismo nicho de mercado que sus predecesores, dirigido a un público específicamente femenino y combinando el discurso más moderno, de vivencia de una sexualidad libre y plena, con el heteronormativo androcentrista, el del chico malo al que el amor le convierte en un príncipe azul.
Ni este ni la saga original serían libros que yo personalmente recomendaría: no son críticos, la forma en que están escritos no invita especialmente a la lectura y no ofrecen ningún tipo de análisis o reflexión acerca de los comportamientos que muestran, además de resultar cansinos y repetitivos.
Y finalmente, como apunte: se dice de la trilogía de Cincuenta sombras de Grey que “fue la responsable de que el género erótico se pusiera de moda”. Para nada: el género erótico ha estado de moda desde el principio de los tiempos, comenzando con los diversos papiros egipcios y tomos romanos y griegos, pasando por la erótica más sutil de la Edad Media hasta la obvia escrita por el Marqués de Sade y continuando con la numerosa chick-lit que se ha estado publicando. La única diferencia es que ahora no se oculta la lectura de este género.
Solo te diré una cosa... SUBLIME
ResponderEliminarTu reseña es estupenda. La trilogía y por lo que cuentas de este pre-cuela, una pérdida de tiempo.
ResponderEliminarA mí esta trilogía no me llama mucho la atención y por lo que he leído no estoy de acuerdo en algunas cosas que hay xD sin embargo seguramente lo lea para hacerme yo misma una opinión
ResponderEliminarHola, acabo de unirme a Granitos de Arena y estoy cotilleando y siguiendo los blogs de los miembros :)
ResponderEliminarSobre tu entrada, me ha gustado mucho. En mi opinión, la saga en su totalidad no vale mucho, y esta novela en el momento de ser anunciada desprendía un tufillo a seguir tirando del carro y sacar dinero... eso si, he de reconocer que al menos me gustó más la novela desde el punto de vista de Grey que desde el unto de vista de Anastasia.
Un saludo y muy buena entrada.